Texto de sala para la muestra Diagrama de la interferencia de Cecilia Barreto, presentada en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” (INBA) durante los meses de noviembre y diciembre del 2012.
No es interferencia, es tan sólo realidad
(…) Una mirada invadida por la explosión artificial de un mundo transparente, de unos cuerpos que no salen de la mirada sino que entran, desde un afuera, ajeno, extraño y que vacían – no reflejan – su identidad.
Piedad Solans, Lo sublime tecnológico.
Un síntoma del pretendido cambio de paradigma que ha significado la posmodernidad es verificable, según sus críticos, en el orden de las representaciones visuales. Se trata de la progresiva anulación de las reglas de la perspectiva en favor de un plano continuo, pleno de irregularidades y tensiones, desde el cual los signos son reunidos para establecer sentidos entre sí, de manera independiente o para interrumpir un flujo de significaciones considerado hasta ese momento estable.
La simultaneidad, característica esencial de una superficie ilimitada que todo lo aloja y en la cual la yuxtaposición no anula ni eclipsa porque favorece la translucidez del signo, problematiza las jerarquías occidentales modernas del ámbito de lo visual. Si bien este “nuevo” modelo ha sido identificado, la inconformidad (por no decir el pánico) surge ante la amenaza de perder los referentes polares de un sistema que había definido sus límites entre la ficción y la realidad, entre lo sensorial y lo racional.
Como si la materialidad de la representación no tuviera relevancia para esta discusión, ni tampoco la localización de su autor y sus reacciones ante el contexto inmediato, las imágenes son motivo de discusiones dicotómicas a través de las cuales se busca reificar uno u otro orden de lo visual, cuyas legitimaciones garantizan la continuidad de ciertas prácticas artísticas, así como lógicas de interés alrededor del consumo de cierto tipo de representaciones.
En los procesos pictóricos de Cecilia Barreto la exploración técnica engarza con una lectura crítica del paisaje urbano, primero, y de las imágenes provenientes de los medios masivos de comunicación, ahora entendidas cuales elementos integrantes de ese mismo paisaje.
En una larga serie previa, Visualidad simultánea 0.1 (2009 – 2012), la joven artista desmonta la omnipresencia del anuncio publicitario en el horizonte de la Ciudad de México para ocupar sus planos de representación con referencias a la historia de la pintura occidental e imágenes de uso comercial o periodístico ya regurgitadas mediante procesos gráficos, como la serigrafía, en abierto diálogo con el óleo y la resina acrílica.
Cecilia Barreto Aguilar, Espectacular 4, resina acrílica, óleo, serigrafía sobre madera, 90 x 125 cm, 2009.
Durante el desarrollo de la serie Cecilia continuó la dislocación del horizonte urbano a través de la integración de imágenes fotográficas y el uso combinado de telas texturizadas con pigmentos acrílicos para obtener áreas sólidas de color que continúan los perfiles y fachadas de la arquitectura donde se encuentran empotrados los anuncios de formato ‘espectacular’. Pero es a partir de Síntesis espectacular 7 (2011) donde las imágenes provenientes del diarismo reconfiguran drásticamente el paisaje urbano.
Cecilia Barreto Aguilar, Síntesis espectacular 7, acrílico, resina de polímero, óleo, 100 x 150 cm, 2011.
La incursión de helicópteros de uso militar en el espacio aéreo de nuestras ciudades es tanto un hecho cotidiano como evidencia de un ejercicio de poder más bien desesperado en su esfuerzo por atajar el profundo grado de penetración que las acciones criminales tienen sobre el tejido social y la trama urbana donde se encuentra contenida. Sin embargo, su tránsito no es garantía de orden o de control.
El fallecimiento de funcionarios de alto rango a bordo de vehículos aéreos durante el curso de los últimos dos sexenios abona una imaginería local del desastre (Síntesis espectacular 8, 2011) que se hilvana con otras imágenes sobre acontecimientos de confrontación en el ámbito global a través de los medios masivos de comunicación. Es precisamente el desastre de la democracia actual, su experiencia conflictiva, el tema de http://www.diagrama/de/la/interferencia, la serie más reciente de Cecilia Barreto.
Cecilia Barreto Aguilar, Síntesis espectacular 8, acrílico, resina de polímero, óleo sobre tela, 100 x 150 cm, 2011.
Si bien los referentes a los espacios urbanos continúan, estos ya no son el soporte principal del acontecimiento representado. Ahora son sólo componentes de fragmentos de violencia continua distribuidos en diversos encuadres. En cada uno de ellos las acciones son similares aunque deslocalizadas, porque han sido congregadas mediante los motores de búsqueda de imágenes en internet siguiendo un orden arbitrario dispuesto sobre una pantalla de computadora. Ambivalencias de la tecnología: mientras los noticiarios de televisión insisten en desarticular la complejidad de los hechos para ofrecerlos de modo simplista, domesticados, internet parece ofrecer un antídoto contra la dispersión informativa y la pulverización de los procesos comunicacionales.
Cecilia Barreto Aguilar, http://4, acrílico, resina de polímero, óleo y pintura automotiva sobre tela, 80 x 120 cm, 2012.
Cecilia Barreto toma ventaja de esta condición e inicia un juego donde la representación mediatizada de la violencia es sometida a una operación sustractiva de su retórica visual. Los mensajes y las consignas ceden paso a los cuerpos en acción, ya sea que resistan, confronten, respondan o sean sometidos. Pero el desastre de la realidad no es el único que fascina nuestros ojos. No debe sorprender a nadie que la búsqueda de información en el internet venga acompañada de imágenes o notas sobre hechos francamente irrelevantes o absurdos. Incluso imágenes provenientes del cine y la industria del entretenimiento se combinan impunemente con la ‘actualidad’ informativa.
Cecilia Barreto Aguilar, http://5, acrílico, resina de polímero, óleo y pintura automotiva sobre tela, 40 x 60 cm, 2012.
Estás imágenes también son motivo de apropiación y reinserción en el ámbito de lo pictórico, prueba del sinsentido con el cual construimos nuestro horizonte político. Sí, ahí donde las luchas contra los abusos e inequidades se combinan con los monstruos y las invasiones cinematográficas, ahí donde ya no vale la pena tomarse la molestia de reproducir con detalle la sonrisa cándida de nuestro monstruo nacional porque siempre será mejor distraerse con el chiste nuevo en facebook o el trend topic de twitter que dejarse sorprender por la siempre aplazada llegada de la justicia a nuestros territorios, nuestras ciudades, nuestra vidas.
Cecilia Barreto Aguilar, http://1, acrílico, resina de polímero, óleo y pintura automotiva sobre tela, 50 x 75 cm, 2012.
En Nextlicpac de Iztapalapa, octubre del 2012, año en el cual los cadáveres volvieron a caminar.
Irving Domínguez.