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¿Por qué decidimos Amanda de la Garza y quien escribe estas líneas incorporar obra no fotográfica a esta edición de la Bienal?

Porque su convocatoria planteó la posibilidad de establecer vínculos entre distintas modalidades de la representación artística tomando por base conceptual a la imagen fotográfica pero sin limitarse al dispositivo fotográfico:

“La evolución tecnológica que ha acompañado el desarrollo de la fotografía nos ha llevado a una era donde la imagen ocupa un lugar central; lo que en términos de creación ha derivado en que este medio se haya convertido en uno de los lenguajes más importantes del arte contemporáneo.
En este contexto, la presente convocatoria propone motivar a una reflexión acerca de la producción de imágenes desde formatos audiovisuales e impresos que hayan sido generados por distintas áreas de pensamiento: desde la era digital, la antropología visual, la sociología, el archivo, los medios masivos de comunicación, hasta las artes visuales.”

También la convocatoria manifestó que los curadores desarrollarían una muestra a partir de las propuestas destinadas al certamen:

“5.2. Se deja a discreción de los curadores, con autorización del autor, la modificación de las piezas y los croquis en pro de la integración de la muestra.
5.3. Para la muestra los curadores podrán solicitar a los autores seleccionados obra no presentada en esta convocatoria con la intención de enriquecer la propuesta curatorial de la Bienal” Apartado 5. Exposición

Y eso fue lo que sucedió. Dialogamos con todos y cada uno de los 49 seleccionados durante un periodo de trabajo de 9 meses. Durante las juntas de trabajo se revisaron los proyectos y se desarrollaron ediciones con base en la presentación museografica; se eligieron de manera conjunta dispositivos y soportes de presentación de las propuestas.

En prácticamente todos los casos se tomaron decisiones conjuntas con los artistas respecto de los formatos y sustratos de impresión antes de continuar con la fase de impresión y enmarcado. En varios más el diálogo permitió incorporar en la propuesta museográfica elementos correspondiente a fases previas del proceso, e incluso desarrollar piezas nuevas para esta muestra.

En esos casos, la propuesta inicial seleccionada tuvo una larga vida expositiva previa a su incorporación curatorial a la muestra de la XVII Bienal, eso nos ocurrió con la obra de Carlos Iván Hernández y Adela Goldbard por ejemplo. Ello nos obligó a reconsiderar, por consenso con los artistas mismos, las piezas que debían presentarse en sala y accedieron a trabajar nuevas propuestas para la curaduría. En ambos casos sus propuestas tenían relación con su producción reciente y no necesariamente tenían que cumplir con un elemento fotográfico para formar parte de la muestra.

Tal y como señalamos en el ensayo curatorial que acompaña el catálogo:
“El trabajo curatorial de esta edición se ha centrado en discutir con los participantes acerca de los formatos de exhibición de los proyectos presentados en la convocatoria, así como de la selección de componentes específicos de series u obras ya existentes. El planteamiento que propusimos para la salas del Centro de la Imagen intenta articular temas afines, argumentos, procesos y estrategias artísticas que muestran las tensiones a las que está sujeta la imagen en la contemporaneidad.”
“La XVII Bienal de Fotografía se articula a través de tensiones y eslabonamientos entre los proyectos seleccionados. Gran parte del trabajo preparatorio consistió en un diálogo continuo con los artistas que ha dado por resultado la presentación de obras creadas ex profeso para la muestra. En otros casos convenimos presentar parte del proceso de trabajo junto con la obra seleccionada, con el fin de acercar al público a los intereses y estrategias que mueven el desarrollo creativo. Bitácoras, bocetos y fuentes documentales hacen parte de la propuesta museográfica.”
En ese texto damos cuenta de la gran mayoría de las piezas y el porqué nos intereso incluirlas en la muestra. Si el recuento no es exhaustivo se debió a criterios editoriales, es decir, a límites en la extensión del texto. Les invitamos a leerlo:

Anacronismo de las imágenes: Documentos y recuperaciones

Para visualizar en línea la obra de los 49 seleccionados:

XVII Bienal de Fotografía

Por lo general, publico en este blog cuando los ciclos curatoriales se han cerrado, pero en esta ocasión he considerado necesario aprovechar este espacio para abonar en la discusión pública que ha desatado nuestra curaduría Anacronismo de las imágenes. Documentos y recuperaciones, puesto que mi trabajo curatorial siempre ha puesto en diálogo a la fotografía con otros lenguajes y dispositivos del arte. En este blog pueden hallarse varios ejemplos de esa tarea continua.

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